PASIONES Y MITOS POLÍTICOS
* Artículo de Imanol Lizarralde Marín . Sabino Arana transmitió mejor que nadie cual es la pasión primordial del nacionalismo vasco. No es ninguna las cosas que sus enemigos generalmente le atribuyen (el racismo, el odio a España y los españoles o el deseo de la independencia). Escribió una vez Arana Goiri: «pueblo mío, ¿he nacido yo para verte morir?». Su pasión dominante -la que hizo que se preocupara de la suerte del pueblo vasco, la que le llevó a sus convicciones de que Euskadi era su patria, la que marcó sus evoluciones- fue el deseo de la supervivencia del pueblo vasco, de su identidad cultural, social y política. Este nacionalismo está basado en una percepción de la historia, es decir, en un «mito». Las pasiones políticas suelen ser movidas por visiones «míticas» que encuentran su refrendo en aquellos que las comparten. El mito del nacionalismo vasco es uno referido al «origen» y se remite al primer programa del PNV: la abolición de las leyes abolitorias de los fu