MIMESIS , ANTÍTESIS Y DETRITUS
MIMESIS. Tengamos en cuenta que la Izquierda Abertzale, su partido dirigente Sortu y su marca electoral Bildu se encuentran enfrascados en un largo viaje hacia el centro-virtual con la intención de conseguir la hegemonía en Euskadi. Para desbancar al PNV, además de criticar y sabotear sus iniciativas, es necesario imitarlo. Por eso Bildu intenta arrebatar a este partido el monopolio de los pactos con el partido del gobierno español, en este caso la coalición PSOE-Podemos. Lo más importante es la forma, la foto, el envoltorio, que la gente vea que Bildu pacta con el gobierno español. El contenido coincide con los planteamientos de Podemos que, siendo partido del gobierno, enmienda los presupuestos de su propio gobierno, dejando claro que no hay un gobierno sino dos y que Bildu se apresta a ayudar a uno de ellos (en España) ayudándose a sí mismo (también en Euskadi).
ANTITESIS. Por fin Bildu consigue un titular. La política española se lo ha puesto en bandeja. Aquí en Euskadi la izquierda abertzale saca a sus jubilados a la calle a chillar que el Gobierno Vasco es un ladrón, los alevines de su escisión de izquierda atacan Batzokis y Casas del Pueblo, hay huelga de funcionarios de educación... Y la desestabilización no cuaja. Mientras que en España, donde el moño de Pablo Iglesias es capaz de crear ríos de tinta, la votación favorable de Bildu a los presupuestos enciende los periódicos y las redes sociales.
La primera condición de una revolución bolchevique es la guerra civil. Bildu no consigue hacer arder las calles de Euskadi ni las conciencias de los vascos, no consigue dividir aquí. Pero de un simple movimiento logra acrecentar el abismo de la división en España. Es por ello que sus votos pretenden, como dice Arnaldo Otegi, “tumbar al régimen”.
¿Cómo lo van a hacer? Primero, haciendo un frente común con sus compañeros de Podemos, reforzando la pata bolivariana-bolchevique de este gobierno. Reforzar, en este caso, significa atizar el enfrentamiento que Podemos arroja desde la cúpula del gobierno. Y cómo la política social de Podemos y Bildu son “pájaros y flores” o “pan para hoy y hambre para mañana” (desahucios, limosnas sociales varias...) es posible que, dada la inoperancia y falta de iniciativa frente al problema principal (la Pandemia y la crisis socioeconómica que está causando), este gobierno, bastante desarbolado, finalmente se estrelle contra algún escollo.
Tengamos siempre en cuenta que si este gobierno español cayera, y no tiene trazas de que va a aguantar mucho, cuanto más dura sea la caída del PSOE más firme puede ser la alternativa de Podemos frente a la derecha rampante que se avecina. Ahí estará Bildu con la intención de enarbolar la derecha española como el coco que tiene que movilizar a una mayoría vasca. De esta manera, la impotencia de generar en enfrentamiento entre los vascos, se vería compensada con el establecimiento de un frente español con Podemos al que tratarían de arrastrar también al PNV.
EL EFECTO DETRITUS. Recordemos el personaje creado por Goscinny y Uderzo en una de las aventuras de Asterix. Detritus es un agente de los romanos cuya función y vocación es crear la discordia y el enfrentamiento, entre los galos, para que estos sean presa fácil de los romanos, que no pueden vencerlos. Bildu ha sido el Detritus de Euskadi pero la sociedad vasca parece inmunizada a sus efectos. No así la española, tan frágil, con tan poca cohesión política. La aprobación de los presupuestos generales pone a Bildu-Detritus en la vanguardia del choque de trenes del que tiene que emerger un escenario de contienda civil española a la que nos quieren arrastrar a los vascos.
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