EL OJO DEL AGUILA

 La desclasificación de unos informes de la CIA, y su mención a la responsabilidad de Felipe Gonzalez en el Terrorismo de Estado , ha confirmado lo que en Euzkadi siempre se supuso pero no se pudo probar.

La lapidaria frase del señor X “ni hay pruebas ni las habrá” se enfrenta hoy, a la realidad de unos informes que son bien ciertos.

No obstante hay una parte del informe que nos gustaría destacar.

La CIA tenía la constatación que

“The some sources report that the top party leaders have become convinced that the abertzale (Basque patriot) component of HB has been completely absorbed by the party’s dominant Marxist-Leninist social revolutionary faction.”

Es decir, que ya la dirección del PNV estaba convencida de la verdadera naturaleza del MLNV y sus múltiples divisiones y recombinaciones. 

 Y tal como ayer hoy , ETApm, EIA, EE, ETAm, HB, EHAK, Sortu, EhBildu, ATA…en su juego de los espejos intentan confundir , y tapar los ojos sin conseguirlo a quien se ha convertido en su enemigo antagónico el nacionalismo democrático.

Arnaldo Otegi nos ha recordado que aquella organización criminal , el GAL, con el agravante de estar compuesta por elementos que habían jurado unos principios de un Estado de Derecho “pudo matar y mato” , pero calla que aquella organización criminal se enfrentó a OTRA organización criminal ETA , que pudo matar y mato 40 veces más que el GAL.

La explotación táctica del informe de la CIA por parte del MLNV, se da por hecho, lo que resultara más que dudosa será su utilidad para el proceso de recomposición de la izquierda abertzale que bien puede convertirse en un proceso de descomposición si a pesar de la favorable coyuntura creada tras la Pandemia del Covid 19 no da el salto definitivo hacia la conquista de las instituciones y la alternativa de poder.

En esta línea de continuados despropósitos constatamos que el pacto Bildu-PSOE ha sido un auténtico desastre y ya nadie lo recuerda ni lo quiere recordar por ello todo apunta a que el soñado asalto al Palacio de Ajuria Enea tendrá que esperar, acaso tres décadas mas.

  Pedro Ereña Etxeberria